Es puerta de la luz un libro abierto.
Entra por ella niño y de seguro,
que para ti será en lo futuro
Dios más visible, su poder más cierto.

El ignorante vive en el desierto
donde es el agua poca, el aire impuro.
Un grano le detiene el pie, inseguro
camina tropezando, vive muerto.

En ese de tu edad abril florido
recibe el corazón las impresiones
como la cera el toque de las manos.

Estudia, y no serás cuando crecido,
ni el juguete vulgar de las pasiones,
ni el esclavo servil de los tiranos.

Elías Calixto Pompa, Estudia

A apenas menos de un mes de las elecciolnes, tanto en Puerto Rico como en EEUU se comienza a observar que en las redes sociales hay debates con mucho más vigor. Personas que otrora eran de personalidad tranquila y poco suseptible a los furores de las emociones de repente se convierten en agitación pura, en controversia tras controversia, tratando de defender posturas con consecuencias políticas como si la humanidad se fuera a acabar hoy.

Este fenómeno curioso se puede explicar con una tesis de Ernest Becker en su libro The Denial of Death, en donde se explica que el mayor problema para la humanidad es el miedo a la muerte y que para librarnos de ella nos inventamos ilusiones o reprimimos el terror a la muerte de manera inconsciente. Las ilusiones que nos inventamos generalmente son un proyecto de eternidad en el cual encontramos el mayor sentido para vivir y liberarnos de la muerte (i.e. ser parte de una religión o postura política), pero todo aquello que atente contra ese proyecto de eternidad nos hace actuar de manera resentida: nos molesta si alguien quema la bandera de nuestra patria o si argumentan en contra de posturas muy allegadas a nuestra filosofía de vida.

Para librarnos de este sentimiento que nos pone a actuar de manera irracional frente a cuestionamientos de nuestras posturas, es importante, en primer lugar, fijarnos en las argumentaciones en vez de los ataques a nuestro carácter, y también en ser precavidos a la hora de atacar el carácter de otro. En segundo lugar, debatir en buena lid. En tercer lugar, escuchar las argumentaciones de los demás, sin importar la preparación.

Estos puntos los menciono por lo que he observado en las redes sociales. El insulto no genera mayor conversación respecto a unos puntos, sino que nos cimenta en nuestra propia posición sin la oportunidad de observar lo que otro debate; nos cimenta en sentimientos de resentimiento e ira que nada son productivos en las redes sociales. A fin de cuentas, y en la manera en que lo veo, usted vota por quién le plazca, y como quiera en cuatro años más habrá más puntos para quejarnos y debatir.

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